Maíz transgénico: ¿proteger la especie o proteger el comercio?


Sigue sin resolverse el asunto del maíz transgénico. Desde inicios de este siglo, organizaciones de la sociedad civil detectaron la presencia de material transgénico en maíz cultivado en zonas campesinas de México. El asunto es muy grave por que puso en evidencia que las medidas para evitar la entrada de los transgénicos al país no estaban funcionando, y la entrada de maíz transgénico al centro mundial de origen, domesticación y diversificación de esta especie, pone en riesgo la integridad de la base genética del cereal más utilizado en el mundo.
 
Ante la ineficacia de las medidas de bioseguridad tomadas por el gobierno, en 2013 el poder judicial ordenó la moratoria en el uso de maíz transgénico en México. En 2021 la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando prohibió, como medida de protección a la biodiversidad, la liberación al ambiente de maíz con alteraciones genéticas.
 
...pero para los productores de maíz hipertecnificado de Estados Unidos el problema está claro: dado que las autoridades no pueden evitar que si se introduce maíz transgénico al país, una parte de este acabe creciendo en los campos, la única manera de evitar la contaminación transgénica es prohibiendo y evitando la importación de ese material al país. Es decir, cerrar las fronteras a las importaciones, lo cual no es trivial. Según El Economista, en 2021 México importó maíz por 5,147 millones de dólares. 
 
Por lo tanto, los productores hipertecnificados de Estados Unidos pidieron la protección de su gobierno para que no se les cierren las puertas a sus exportaciones hacia México. En respuesta, los Estados Unidos amenazaron con tomar medidas de compensación, que podrían incluir la imposición de aranceles a los productos mexicanos por un monto semejante a lo que dejarían de exportar las empresas de la franja del maíz de Estados Unidos. Activaron el mecanismo de controversias sel TMEC, el cual dió a México el pasado 7 de abril como plazo límite para que presente los argumentos científicos que fundamenten la prohibición del uso del maíz transgénico como alimento.
 
Curiosamente, el asunto de que la integridad de la base genética del maíz está en juego, no se menciona siquiera. Se privilegian los posibles efectos directos sobre la salud humana.
 
Esto plantea al gobierno de México la disyuntiva de proteger las exportaciones del país o proteger la base genética del maíz.
 
En este contexto, el decreto publicado el pasado 13 de febrero sobre las importaciones de maíz, trata de plantear una solución "salomónica": se seguirá permitiendo la importación de maíz, sin preguntar si es transgénico o no, con la condición de que no se utilice para consumo humano directo. Esto afectará poco a las exportaciones de las empresas de Estados Unidos, pues actualmente cerca del 80% del maíz exportado por Estados Unidos a México, es consumido por diversas industrias. El gobierno de México espera que con este decreto se tranquilicen los exportadores de maíz de EU y retiren su demanda del TMEC. Ya se verá en los próximos días.

Posiblemente los exportadores de maíz queden tranquilos. Lo que no queda claro es si se va a proteger la base genética del maíz. Si a principios de siglo se verificó que maíz importado supuestamente para consumo animal o industrial llegó a las tierras de los campesinos. No hay razón para pensar que ese proceso de contaminación se detenga ahora.

El gobierno enfrenta un difícil dilema. Y como sociedad, ¿que consideramos de mayor peso? ¿proteger la especie alimenticia más importante del mundo o proteger el comercio en América del norte?.

Al respecto, compartimos dos notas de prensa, publicadas por Forbes y la Jornada:

 

Maíz transgénico: México dice que demostrará que no hay afectación comercial en consultas

Forbes, 6 de marzo de 2023:La Secretaría de Economía dijo que de la mano de la Cofepris y otras autoridades, coordinará la postura del Estado mexicano con la finalidad de encontrar una solución mutuamente satisfactoria.

La Secretaría de Economía informó que ha recibido la solicitud del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) para iniciar consultas técnicas sobre maíz transgénico bajo mecanismo del TMEC, para abordar el Decreto publicado el pasado 13 de febrero en el Diario Oficial de la Federación.

En ese sentido, dijo que México aprovechará este mecanismo previsto en el TMEC para demostrar con datos y con evidencia que no ha habido afectación comercial en el tema de maíz transgénico, “por el contrario, el Decreto es consistente con el propio Tratado”.

La Secretaría de Economía, de la mano de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y otras autoridades relevantes, coordinará la postura del Estado mexicano con la finalidad de encontrar una solución mutuamente satisfactoria.

La dependencia que encabeza Raquel Buenrostro explicó que este proceso se sustenta en el Capítulo 9 del TMEC (Medidas Sanitarias y Fitosanitarias), el cual establece la posibilidad de iniciar un diálogo de carácter técnico para intercambiar información sobre la regulación del maíz genéticamente modificado.

“Esta solicitud, por tanto, no es de carácter contencioso, sino una etapa previa en la cual se busca encontrar una solución de manera cooperativa. Para ello, la secretaria Raquel Buenrostro Sánchez, la titular de la USTR, embajadora Katherine Tai y sus equipos han venido sosteniendo diálogos de carácter constructivo con miras a encontrar soluciones que brinden certidumbre a las partes interesadas”, indicó la Secretaria de Economía.

México ha señalado en reiteradas ocasiones, el objetivo del Decreto es preservar que la tortilla sea elaborada con maíz nativo, asegurando así, la conservación de la biodiversidad de las más de 64 razas de maíz que hay en el país, de las cuales 59 son endémicas.

 

 

Fortalecen la detección del uso de maíz transgénico en masa y tortillas 

La Cofepris y el Conacyt abren mesa de trabajo 

La Jornada Martes 11 de abril de 2023, p. 4 

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) anunciaron la instalación de una mesa de trabajo con el fin de detectar en la masa y la tortilla la presencia de maíz transgénico, producto que se importa de Estados Unidos sobre todo para uso pecuario. 
 
En un comunicado, precisaron que de esa forma cumplen con el decreto presidencial del pasado 13 de febrero, que define acciones sobre el glifosato y el maíz modificado genéticamente, entre ellas la prohibición de destinar este grano para consumo humano. 
 
El pasado 7 de abril venció el plazo que establecieron Estados Unidos y Canadá para que México diera sus argumentos científicos para la prohibición del uso del maíz transgénico como alimento. 
 
Cofepris y Conacyt informaron que se fortalecerá el Laboratorio Nacional de Referencia para detectar la presencia del transgénico en el maíz que consumen los mexicanos. De esta forma, dijeron, trabajan conjuntamente para el desarrollo de capacidades técnicas y analíticas a fin de evaluar los riesgos del uso y consumo de ese producto, las repercusiones de la utilización asociada a glifosato y su posible impacto en la salud humana. Explicaron que, de acuerdo con el decreto, ambos organismos cumplen "las acciones de reformar el marco legal aplicable para que el maíz transgénico no sea utilizado en consumo humano y evitar su siembra en el país, a la vez que se preserva el patrimonio alimentario y la riqueza biocultural". 
 
Agregaron que hay datos contundentes que demuestran la imposibilidad de separar los maíces transgénicos de los nativos. En el caso de las importaciones, vienen semillas transgénicas y convencionales. Consideraron fundamental asegurar que todos los materiales de maíz transgénico que ingresen al país "vengan inviables" y no puedan usarse como semillas en las siembras. Recordaron que la Comisión para la Cooperación Ambiental, establecida con la firma del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, recomendó en 2004 evitar la entrada de semillas de maíz transgénico viables, así como su cultivo. 
 
Desde 2013, ante una demanda de acción colectiva contra la siembra de maíz transgénico, un juez ordenó la moratoria, por lo que no se han realizado esos cultivos, indicaron los organismos federales. Precisaron que buscan refrendar esta medida cautelar, confirmada en 2021 por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando prohibió, como medida de protección a la biodiversidad, la liberación al ambiente de maíz con alteraciones genéticas, pues podría contaminar las miles de variedades nativas.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Terminó con éxito el primer módulo del Diplomado de Empresas Forestales de Economía Social

Pobladores de San Juan Atzingo toman la carretera para detener la destrucción del Bosque de Agua

Territorios Productivos Sostenibles: 54 propuestas en Oaxaca