Las Empresas Forestales de Economía Social

Amar a la naturaleza y al bosque y vivir con ellos, en lugar de buscar cómo explotarlos, es un cambio ético que plantean las Empresas Forestales de Economía Social.   Foto: Francisco Chapela



Por: Francisco Chapela / Estudios Rurales y asesoría Campesina, A.C. Agosto 2024

 

Las Empresas Forestales de Economía Social ante el Extractivismo

Las Empresas Forestales de Economía Social surgen como una alternativa crítica al extractivismo.

En los siglos XIX y XX el modelo preferido de explotación forestal en muchos países fue el de las empresas de tipo extractivo. Es decir, entidades especializadas en extraer madera y algunos otros recursos de los bosques del mundo para atender la demanda de sectores estratégicos de la economía.

En particular, la globalización y crecimiento del comercio en el siglo XIX planteó la demanda de madera para construir las flotas de barcos mercantes y la demanda de leña y carbón para dotar de energía a las industrias vinculadas a dicho proceso.

En México, al iniciar el siglo XX el gobierno otorgó los derechos de explotación forestal a empresarios extranjeros. Por ejemplo, la explotación de buena parte de los bosques de Chihuahua, fue concesionada por el gobierno de México junto con concesiones mineras a la canadiense Mexico North-Western Railway, que instaló su aserradero en Madera, Chihuahua, para atender la demanda de madera en el suroeste de los Estados Unidos (French, 1981).


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Vista panorámica del aserradero Pearson Co. en Madera, Chihuahua, propiedad de la Empresa México Northwest Railway (1910) Foto: Raúl Loya-Pinterest

De manera semejante, se otorgaron concesiones de explotación forestal en todo el país. Desde principios del siglo XX se explotó en Quintana Roo y Chiapas el palo de tinte, la caoba y el chicle por parte de compañías concesionarias de capital extranjero (FAO, 2004). En el marco de la Ley Forestal de 1940 se otorgaron unas 30 concesiones forestales en favor de grandes empresas privadas nacionales y extranjeras, que operaban las denominadas Unidades Industriales de Explotación Forestal. Cada una tenía un promedio de 400.000 hectáreas (FAO, 2004). Es decir, se concesionaron unos 12 millones de hectáreas de bosques.

Una de las razones por las que se otorgaron concesiones forestales y mineras, fué que con este mecanismo sería posible atraer inversión extranjera, aumentar la actividad económica, y promover el desarrollo social. Sin embargo, pasó la mayor parte del siglo XX y la inversión extranjera sí llegó, la explotación de los mejores bosques del país se realizó, la actividad económica creció, pero las zonas forestales siguen siendo áreas marginadas. Los bosques que eran ricos en recursos, han perdido mucho de su valor, debido a la falta de cuidados para asegurar su regeneración y crecimiento.
 
En contraste, las Empresas Forestales de Economía Social promueven el cultivo y el cuidado de las áreas forestales, en lugar de centrarse en explotar los bosques. En lugar de explotar a los trabajadores, se promueve el buen vivir de las comunidades. Pero ¿cómo hacerlo?.

Las y los nuevos gestores de Empresas Forestales de Economía Social visitaron el bosque de la Comunidad Indígena de San Pablo Oxtotepec, Cd. de México.


Los Gestores de Empresas Forestales de Economía Social.

Durante 9 meses de los años 2023 y 2024, Estudios Rurales y Asesoría Campesina, en coordinación con la Universidad Autónoma Metropilitana-Xochimilco, coordinó un Diplomado en Gestión de Empresas Forestales de Economía Social. En este marco, Izaskun Vildarraz e Iñigo Gómez, de la organización de educación MunduKide, dieron pistas de cómo construir alternativas al modelo extractivo. Presentaron la experiencia de la región de Arrasate-Mondragón en el País Vasco:
 
Tras la guerra civil y la guerra mundial, la región pasó penurias económicas y divisiones sociales. La posibilidad de que el gobierno nacional fuera en su auxilio se veía muy lejana. Algunos lideres locales entendieron que sus opciones eran quedar en un estado de marginación y pobreza por muchos años, o emprender su propio proceso de mejoramiento de las condiciones socioeconómicas y culturales locales.
 
Con un enfoque de solidaridad, ayuda mutua y cooperativismo, en 1943 iniciaron una escuela profesional, que formó un primer grupo de gente con capacidades técnicas y ha seguido desde entonces formando a la gente de la región. En 1954 la gente vinculada a este proceso formó una cooperativa de ahorro y préstamo. En 1964 formaron el Primer Grupo Cooperativo Comarcal (Ularco-Fagor) que logró funcionar exitosamente como una empresa metal-mecánica. En 1991, durante el III Congreso cooperativo, decidieron la creación de "Mondragón Corporación Cooperativa", que hoy, después de un proceso de 8 décadas, es un grupo industrial que opera exitosamente en varios países, bajo los principios del cooperativismo.
 

 

¿Qué hace diferentes a las Empresas de Economía Social? 

Aunque las Empresas Forestales de Economía Social comparten con otras empresas el involucrarse en procesos productivos aprovechando materias primas, realizando procesos de transformación y concurriendo a los mercados, tienen una diferencia fundamental: mientras que para las empresas convencionales el objetivo es incrementar su capital a partir de las ganancias que obtenga en el proceso productivo, para las Empresas de Economía Social, el objetivo es mejorar las condiciones sociales, económicas y culturales de la gente del lugar, cuidando su entorno. Para esas empresas los procesos productivos son el medio para lograr ese objetivo.
 
Las empresas extractivas se concentraron en explotar la madera existente en las áreas forestales maduras y sobre-maduras. Redujeron mucho el valor de las zonas forestales. Las empresas forestales de economía social se basan en el cultivo de todas las etapas de desarrollo de la vegetación, moldeando la composición del bosque para aumentar su valor.   Diagrama tomado de González-Cruz, et al, 2014
 
 
Mientras una empresa convencional no tiene razones de fondo para preocuparse por su entorno, pues su objetivo es principalmente económico, las Empresas Forestales de Economía Social parten de la necesidad de crear condiciones para que una población humana no viva en la penuria económica y la marginación. Por lo tanto, tiene que encontrar maneras no de explotar, sino de cultivar sus bosques. Para estas empresas, los bosques no son simplemente el entorno. Son el lugar en donde viven, de donde depende su forma de vida y al que pertenecen. El bosque es de las comunidades en donde se desarrollan las empresas, pero en varios sentidos las comunidades son del bosque.
 
 
Mediante el uso de micro-aserraderos, en la zona maya han demostrado que es posible obtener madera aserrada de los Kelenche’. Esta técnica puede ayudar a generar ingresos a partir del aprovechamiento de vegetación en terrenos temporalmente forestales.  Foto: Francisco Chapela
 

Retos institucionales, económicos, organizativos y ambientales

Para poder funcionar, las Empresas Forestales de Economía Social tienen que enfrentar obstáculos grandes. 
 
Uno de los obstáculos que enfrentan las Empresas Forestales de Economía Social es que las instituciones que regulan en México la actividad forestal mantienen mucha de la orientación, estructura y funcionamiento extractivistas, con el que fueron creadas a principios del siglo XX, aunque ya haya pasado la tercera transformación del país (la Revolución Mexicana) y estemos muy entrados en el siglo XXI y en la cuarta transformación. En varios aspectos, las instituciones de México mantienen diseños y formas de funcionar del siglo XIX, que heredaron los enfoques de explotación propios de los regímenes coloniales.

Otro obstáculo a superar, es que las instituciones de fomento económico rara vez consideran a las pequeñas y medianas empresas de comunidades forestales como sujetas de apoyo financiero en la forma de capital o crédito. Normalmente exigen garantías líquidas o prendarias por arriba del valor del proyecto a desarrollar. Esa exigencia está normalmente fuera del alcance de las comunidades forestales.
 
Además, las Empresas de Economía Social tienen que desarrollar estrategias diferentes de acceso al mercado, pues su carácter social y de responsabilidad con el medio ambiente, las hace incompatibles con los esquemas de explotación de los trabajadores o de descuido por los impactos ambientales, que son muy comunes entre las empresas convencionales.
 
Las Empresas Forestales de Economía Social se basan en mecanismos cooperativos y solidarios, con los que pueden superar los retos institucionales, económicos, organizativos y ambientales que enfrentan.
 
 
 
El grupo del diplomado en el CESDER. Zautla, Puebla

 

Cultivar y cuidar el bosque

La segunda generación del Diplomado en gestión de Empresas Forestales de Economía Social terminó sus actividades presenciales en mayo de 2024. 

En el diplomado se analizaron las bases ecológicas del manejo forestal y las posibilidades que plantea. El Dr. Enrique Jardel propuso un esquema que considera distintos grados de intervención de los ecosistemas forestales. Visto de esta manera, el manejo forestal no tiene por qué restringirse a esquemas de extracción de madera. Un sistema de manejo puede generar muchos otros productos y además proporcionar una gran variedad de servicios, aprovechando las distintas fases de desarrollo del ecosistema:

 

 

Los sistemas agroforestales pueden cubrir buena parte de los requerimientos de energía y vivienda de las familias rurales.   Foto: Francisco Chapela

Los estudios ecológicos recientes muestran que prácticamente todos los bosques de México han sido moldeados en mayor o menor medida por  las actividades humanas. Ante esta perspectiva, en lugar de tratar de preservar el carácter "prístino" de los bosques, tiene más sentido racionalizar y hacer de una manera responsable las intervenciones humanas y sociales sobre los bosques.

En esta línea de pensamiento. algunos científicos han propuesto la idea de que ya entramos a la era del "antropoceno"; es decir, al tiempo en la vida de la tierra en el que la presencia de los seres humanos puede influir en la dinámica de los ecosistemas de manera significativa.


Para la Dra. Patricia Gerez, el reto para conservar la diversidad biológica de los bosques de México, no es "preservar" las áreas "prístinas", pues en prácticamente todas las áreas forestales del país se observa la huella de actividades humanas, sino más bien es lograr una buena interacción entre las poblaciones humanas y los ecosistemas en los que se insertan esas poblaciones.


 

El camino por delante

La gran mayoría de las poblaciones en zonas forestales carecen de un plan de manejo para sus bosques. Aunque muchas han desarrollado sus mecanismos internos de regulación del aprovechamiento de los recurso forestales, son muy pocas las que tienen un plan formal de cultivo de sus bosques. De manera semejante, aunque en las localidades forestales se ha desarrollado mucho conocimiento sobre el aprovechamiento de recursos asociados a los ecosistemas forestales, muy pocas tienen proyectos formales de aprovechamiento sostenible.

Las dificultades de organización e institucionales y la falta de mecanismos de financiamiento y la persistencia de instituciones con diseños de finales del siglo XIX, han mantenido una situación de atraso en México, que por un lado ha mantenido a la mayoría de las comunidades forestales con bajos niveles de desarrollo humano, y no ha sido posible detener la deforestación. Segú la Secreatía del Medio Ambiente, se siguen perdiendo 191,000 hectáreas cada año (Semarnat, 2022). Según el observatorio forestal mundial del World Resources Institute, en los últimos 20 años se han perdido 222,000 hectáreas anualmente (World Resources Institute, 2024).

Queda claro que las respuestas a los retos que enfrenta el sector forestal de México, no vendrán "de arriba".  A su manera, las Empresas Forestales de Economía Social de México han dejado de esperar que las soluciones les lleguen de fuera o de parte del gobierno central. 14 diplomantes con especialidades en agronomía, sociología, biología, economía, silvicultura y derecho están identificando proyectos modestos en los que la gente de lugares determinados visualiza oportunidades de negocio y las desarrolla con un enfoque de Economía Social.

Aunque los proyectos que se están desarrollando son muy pequeños comparados con los retos nacionales, representan la puesta en marcha de enfoques innovadores que se basan en  la decisión de la gente local de hacer algo concreto para mejorar sus condiciones y las de su entorno.

 

 

 

Referencias

Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), 2022: Estado que guarda el Sector Forestal en México 2021. Comisión Nacional Forestal (CONAFOR)

González-Cruz, G., García-Frapolli, E., Casas, A., y Ddupuy, J: Conocimiento tradicional maya sobre la dinámica sucesional de la selva. Un caso de estudio en la Península de Yucatán. Etnobiología, 2014, vol. 12, no 1, p. 60-67.

FAO, 2004: Estado y Tendencias de la Ordenación Forestal en 17 Países de América Latina por Consultores Forestales Asociados de Honduras (FORESTA). Documentos de Trabajo sobre Ordenación Forestal; Documento de Trabajo FM/26

French, W. E. 1981: The nature of Canadian investment in Mexico, 1902 - 1915: a study of the incorporation and history of the Mexican Light and Power Company, the Mexico Tramways Company and the Mexico North Western Railway (Master's thesis, University of Calgary, Calgary, Canada).

World Resources Institute, 2024: Global Forest Watch. https://www.globalforestwatch.org/ consultado el 23 de agosto de 2024.

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