La normatividad es un obstáculo para lograr el Manejo Forestal Sostenible


Aurelia A´bang May produce artesanías de bejuco en Quinatana Roo, pero para ella es imposible tramitar un permiso de aprovechamiento. Sin permiso, no puede salir a ofrecer sus productos y tiene que conformarse con lo que le ofrecen los intermediarios. Foto: Tess Plain

 
Por Carolina Peña / Bosques y Buen Vivir / Estudios Rurales y Asesoría Campesina, A.C. / Octubre de 2021 


El manejo comunitario debe ser la base de la política forestal de México

La experiencia de los últimos 40 años en México ha mostrado que si la gente de las comunidades en zonas forestales se beneficia directamente del manejo forestal, se convierte es la mejor cuidadora de los bosques. Por esta razón, a partir de 1986 la Ley Forestal define que la estrategia para mantener en buen estado los bosques de México es el aprovechamiento sostenible del potencial productivo de los bosques en beneficio de las comunidades locales, sin comprometer su potencial de regeneración (1). Sin embargo, las normas establecidas por funcionarios del gobierno se han convertido en uno de los obstáculos principales para que la política forestal se implemente. En México, las leyes las definen los Senadores y Diputados, pero los reglamentos y normas los definen los funcionarios encargados del tema, sin un debate democrático.

La iniciativa "Bosques para el Buen Vivir" plantea que un manejo forestal sostenible, debe implicar que la mayoría de las áreas forestales sean resguardadas y manejadas por las comunidades locales para mejorar sus condiciones de vida, y hacerlo da manera sostenible. De esta manera se podrán tener grandes avances en temas de importancia nacional y en varios objetivos de desarrollo, incluyendo la eliminación de la pobreza, la lucha contra el cambio climático y la conservación de los ecosistemas terrestres.

Pero la realidad está lejos de los propósitos establecidos en la Ley Forestal. A pesar de que México tiene 64 millones de hectáreas cubiertas de bosques y selvas, según datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) (2). Pero solamente se tienen bajo manejo formal y cuentan con permisos de aprovechamiento los productores de menos de 7 millones de hectáreas. En la superficie restante, quienes viven en zonas de montaña o forestales realizan sus actividades de la mejor manera que pueden y sin ningún apoyo o incentivo de parte de las instituciones del gobierno. Por el contrario, el gobierno aumenta cada año los requisitos para obtener un permiso de aprovechamiento, haciendo más difícil la legalización de las actividades tradicionales en la inmensa mayoría de las áreas forestales del país.

El caso de la Zona Maya de Quintana Roo

En el caso de la Zona Maya de Quintana Roo sucede lo mismo. Aunque hay muchos ejidos que tienen programas de manejo y permisos de aprovechamiento, la mayor parte de las selvas se manejan con métodos tradicionales y sin apoyo o incentivo y a menudo la hostilidad de las instituciones de gobierno. Según estimaciones de la Sociedad de Productores Forestales Ejidales de Quintana Roo, en ese estado hay permisos de aprovechamiento en unas 500,000 hectáreas, pero al mismo tiempo, se aprovechan unas 600,000 hectáreas de manera consuetudinaria. Hacer esos aprovechamientos de manera legal, parece imposible (3).  Para analizar esta problemática, el pasado 4 de marzo la Iniciativa "Bosques para el Buen Vivir" organizó en la Ciudad de Felipe Carrillo Puerto un seminario para analizar el manejo de los llamados huamiles en Quintana Roo. El objetivo fue explorar las posibilidades de enfoques normativos más racionales y deseables, en el marco del acuerdo de diálogo firmado entre las organizaciones que forman la Iniciativa “Bosques para el Buen Vivir” y las autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente (SEMARNAT) y CONAFOR. En este encuentro se analizaron las perspectivas de los huamiles y problemas para la obtención de permisos de aprovechamiento y para el acceso al mercado.

En el seminario pudo constatarse que las áreas sujetas a aperturas controladas y manejo de la regeneración forestal, han sido exitosas en conservar la cubierta forestal y la biodiversidad en áreas importantes de Quintana Roo y Campeche. Para el manejo de las selvas se aplican técnicas de cultivo ancestrales mayas que siguen vivas y evolucionando, llamadas de "roza-tumba-quema", por que el proceso se inicia con la remoción de una parte pequeña de la vegetación madura, que se puede aprovechar con diversos cultivos anuales, y a continuación se cuidan los árboles más valiosos por su utilidad, se enriquece la población de árboles jóvenes, y se aplican a lo largo de lustros tratamientos silviculturales para favorecer a las especies de mayor importancia de uso para la gente y de mayor importancia para el ecosistema. Dentro de cada ejido, se tienen asignados terrenos o "trabajaderos" para cada familia, que va aplicando los tratamientos silviculturales con base en su conocimiento de la ecología de la selva, las necesidades de la familia y los requerimientos de la propia selva, lo cual requiere de muchos conocimientos específicos.

Los productos en las distintas fases del sistema de cultivo, incluyen alimentos y plantas medicinales en la fase de apertura inicial del dosel, seguidos de los materiales de techado (llamados palizada y guano) en las fases jóvenes de regeneración de la selva, y piezas estructurales para construcción (vigas, postes) en la selva madura joven y finalizando con maderas duras, blandas y preciosas aserrables en las selvas maduras de mayor edad. 

Los tratamientos silviculturales también influyen en la abundancia de frutos y forrajes, que atraen a la fauna y contribuyen a definir su abundancia y las posibilidades de aprovechamiento mediante la caza.

Sin embargo, participantes de la SEMARNAT reconocieron que la normatividad no contempla este tipo de aprovechamientos

El asesor de la SEMARNAT, Eduardo Martínez Rivas, reconoce que hace falta una normatividad acorde a la realidad de quienes cuidan y aprovechan de manera sostenible las selvas. Video: Tess Plain.

 

La normatividad incumplible se convierte en un obstáculo para el Manejo Forestal Sostenible

Para muchos productores chicos de México, que son la mayoría, las normas piden requisitos que no se pueden cumplir. De esta manera, las normas se convierten en un gran obstáculo para el uso racional de los recursos forestales y para lograr el "Desarrollo Forestal", que la Ley plantea.

Las leyes para proteger el medio ambiente del país se formularon con un criterio general de tipo extractivo-industrial, sin reconocer la biodiversidad y la pluriculturalidad que conforma el país, ni la importancia de las economías locales en el desarrollo productivo. Desde el punto de vista de las autoridades, se reconoce que este es "un gran reto" pero no se tienen propuestas específicas.

Como resultado de la falta visión para entender que las normas no coinciden con los sistemas locales de producción, en la actualidad en algunas áreas de Quintana Roo y de la Península de Yucatán se está desperdiciando mucho del potencial productivo, como en el caso de las palizadas, que no solo son una oportunidad de generar ingresos, sino que además, ayudan a regenerar los ecosistemas. 

Al no haber leyes congruentes con el entorno para el manejo de productos de tierras de uso no clasificado como forestal, los campesinos se ven obligados a quemar los productos derivados de los tratamientos silviculturales, en vez de que lleguen a los mercados y aporten al desarrollo local.

El presidente del Comisariado Ejidal de Yoactún, Quintana Roo, Martino Yam Tzab explica cómo la normatividad se ha convertido en un obstáculo para el cultivo de la selva, causando pérdidas importantes. Video: Tess Plain.

 

Si las comunidades manejan sus recursos naturales y forestales, puede lograrse el desarrollo sostenible local

En el encuentro se enfatizó sobre la problemática forestal en Quintana Roo, para ello, la M. C. Victoria Santos explicó que el aprovechamiento de los recursos forestales de los huamiles es una actividad que las normas y los procedimientos actuales dificultan. Debido a su pequeña escala, es físicamente imposible cumplir con requisitos como la realización de un inventario forestal con una exactitud mayor al 95%. Cumplir con los otros 13 requisitos que pide el reglamento de la Ley Forestal (4), también es muy difícil o imposible.

La normatividad rebuscada parece más un pretexto para negar a los pequeños productores su derecho a vender el producto de su trabajo en condiciones decentes.

Ateniéndose a la normatividad actual, el potencial de los huamiles tiene dos posibles destinos: (1) la extracción y venta de productos forestales al margen de la ley, o (2) la eliminación de dichos productos mediante la quema. Ninguna de esas opciones parece racional o deseable.


La directora técnica de la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya, señala que es importante permitir que las comunidades manejen sus recursos forestales y naturales. Video: Tess Plain.

 

Con la normatividad actual se destruye un recurso que podría ser básico para el desarrollo comunitario

El aprovechamiento de los productos de los tratamientos silviculturales del sistema tradicional maya, tiene un gran potencial. Actualmente un ejidatario promedio en la Zona Maya recibe cerca de $2,000 pesos anuales de reparto de utilidades por el aprovechamiento de la Zona Forestal Permanente del ejido. En contraste, si los ejidatarios pudieran aprovechar los productos de los huamiles mediante los tratamientos silviculturales, los ingresos familiares provenientes del sistema agroforestal, podrían ser 8 a 10 veces mayores. 

Sin embargo, esto no se puede hacer. Se desperdicia ese potencial pues la SEMARNAT pide la presentación de un programa de manejo y de una manifestación de impacto ambiental como requisitos para autorizar un aprovechamiento. La contratación de los profesionistas capaces de formular dichos estudios está muy lejos del poder adquisitivo de las familias mayas. 

El análisis de la problemática para el aprovechamiento de los huamiles asociados a los sistemas agro-forestales tradicionales mayas, sugirió que es necesario un enfoque normativo basado en reconocer los sistemas tradicionales como esquemas agro-forestales y no exigir muchos requisitos. Así mismo, hace falta reconocer que en las normas, la escala y técnicas de manejo requieren enfoques normativos distintos si se trata de un aprovechamiento extractivo-industrial, que si se trata de sistemas campesinos de manejo.


Referencias:

(1) Cámara de Diputados Del H. Congreso de la Unión, 2018. Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable Última Reforma. Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 5 de junio de 2018

(2) Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), 2020: Estado que Guarda el Sector Forestal en México 2019. Comisión Nacional Forestal (CONAFOR)

(3) Hugo Galletti, Asesor forestal de la Sociedad de Productores Forestales Ejidales de Quintana Roo. Comunicación personal, 3 de marzo de 2021.

(4) Secretaría del Medio Ambiente, 2008: NORMA Oficial Mexicana NOM-152-SEMARNAT-2006 sobre programas de manejo forestal. Diario Oficial de la Federación. DOF: 17/10/2008



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