Diversificación productiva y desarrollo en Chiapas, mediante sistemas forestales y agroforestales - Cooperativa AMBIO

 

Cooperativa AMBIO S.C. de R.L.

San Cristóbal de las Casas, Chiapas.


El programa Scolel’te ("El árbol que crece", en lengua tseltal) en 1997 inició actividades como proyecto piloto  en ocho comunidades de la etnia tseltal del Municipio de Chilón y tres comunidades de origen tojolabal en el Municipio de Comitán. El proyecto piloto tenía como premisa que las comunidades campesinas e indígenas podían participar en acciones de mitigación del cambio climático, mediante la implementación de sistemas forestales y agroforestales y tener ingresos adicionales por la venta de bonos de carbono (en ese entonces “proto créditos” de carbono) en un mercado voluntario de carbono incipiente.

El proyecto piloto tuvo como antecedente un estudio de factibilidad realizado por El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), con el apoyo financiero del Department for International Development (DFID) del Reino Unido realizado de 1994 a 1996. Actores relevantes en esta etapa fueron la Universidad de Edimburgo, el ECOSUR y la organización Pajal Ya Kac'Tic Unión de Uniones, que se dedicaba principalmente a la producción y venta de café en Chiapas y Oaxaca.

En 1998, a un año de haber iniciado el proyecto piloto, el equipo a cargo de la operación del proyecto, conformó la cooperativa AMBIO S.C. de R.L como ente legal que sustentara la operación del proyecto.

El programa Scolel’te busca que las comunidades y /o grupos participantes planifiquen mejor el manejo de su tierra, que vean a sus bosques y los sistemas forestales y agroforestales como una posibilidad de diversificación productiva y de desarrollo, que les permita mejorar sus condiciones de vida y a la vez contribuir, con un granito de arena, a la mitigación del cambio climático. Los ingresos que reciben por la venta de bonos de carbono, les sirven para el establecimiento y manejo inicial de los sistemas, y a futuro para generar ingresos por el aprovechamiento de la madera.

Actualmente participan en el programa más de 100 grupos pertenecientes a más de 100 comunidades de varias regiones de Chiapas. Así mismo, el programa sirvió de base para el diseño del estándar “Plan vivo” del Mercado Voluntario de Carbono el cual es usado actualmente por 24 proyectos de 19 países del mundo, siendo su principal característica el trabajo con comunidades y grupos marginados. A partir del año 2006 consideramos a Scolel’te como un programa, dado su tiempo de operación, siendo de hecho, el programa en operación más antiguo del mercado voluntario de carbono.

Algo muy interesante de Scolel’te, es que se determinaron, mediante talleres con la participación de la gente de las primeras comunidades, los posibles sistemas forestales y agroforestales a usar, vinculados a sus sistemas productivos y de manejo, que podían ser de interés para los posibles participantes. Este punto es muy relevante, ya que la diversidad de sistemas que ofrece permite la participación de pequeños productores de subsistencia con diferentes condiciones de clima, suelo y superficies de tierra.

Otro punto clave de Scolel’te, es que además de tener un proceso de ingreso simple, se tiene flexibilidad en la acreditación de la tenencia de la tierra, pudiendo participar, ejidatarios, hijos o hijas de ejidatarios o pequeños propietarios, lo cual hace más equitativa, socialmente hablando, la posibilidad de participación en un entorno en que muchos de los programas privilegiaban la participación de ejidatarios.

 

Cabe señalar que un aspecto clave del programa es la capacitación de técnicos comunitarios y regionales que mantienen contacto y seguimiento con las comunidades. Quizás lo más valioso del trabajo que hemos impulsado, es que se tienen en campo, diferentes experiencias de manejo adaptadas por los participantes, con aciertos y errores, que sin duda, ayudan a la gente que las conoce a la toma de decisiones sobre el uso de sus parcelas. Así mismo los árboles, el cedro de manera relevante, han funcionado como alcancías, para atender necesidades de salud, alimentación, construcción de viviendas y gastos escolares. Sin embargo, los precios de venta de los árboles en pie son muy bajos.

En este punto, es importante la búsqueda o generación de procedimientos simples que faciliten el manejo y aprovechamiento de especies maderables, con mención especial del cedro, de áreas pequeñas, siendo este tema un  pendiente del programa.

 

 

En algunos casos, los productos que se tienen de los sistemas agroforestales como la siembra de palmas de ornato, el cacao, el café y la cose

cha de pacaya (frutos de las palmas), la venta de juncia (acículas de pino) para las fiestas, en algunas comunidades les han significado más ingresos a la gente y fortalecido la permanencia de los sistemas. En el caso de la juncia, era algo que no esperábamos o visualizábamos como posible fuentes de ingresos.

La participación en el curso de Gestores Forestales de Economía Social (GEFES), ha permitido conocer herramientas metodológicas para facilitar la identificación de vacíos técnicos y su atención, que pueden ayudar a mejorar el desempeño de los proyectos que manejamos en AMBIO y de manera especial al programa Scolel’te. Sin embargo, uno de los puntos clave producto de esta experiencia es la conformación de la red de gestores forestales, miembros de diferentes empresas forestales u organizaciones, con gente comprometida y dispuesta  a colaborar. Las posibilidades que tienen este tipo de redes son muchas, y van desde la proveeduría de información, contactos clave para apoyar el fortalecimiento de capacidades, hasta posibilidades de acción conjunta para la identificación y resolución de problemáticas en los diferentes procesos productivos que se están impulsando.


 

 

 

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