La agroecología: un camino hacia una economía solidaria y regenerativa


 

Por Lucy Calderón | Traducido de la publicación del Fondo de Agroecología (AEF) | 22 de agosto de 2025
 

Iniciativas que transforman realidades

Frente a los sistemas alimentarios extractivos, la agroecología se presenta como una alternativa que prioriza la regeneración del planeta y promueve una economía circular basada en la solidaridad. Esta visión fue el centro del seminario web "El emprendimiento agroecológico desde la perspectiva de la economía solidaria", organizado por el Fondo de Agroecología (AEF).


El Dr. Eduardo Aguilar Hernández (Universidad de Monterrey, México) definió esta economía solidaria como una que "reconoce la vulnerabilidad humana y fomenta acuerdos comunitarios basados en la cooperación".


El evento reunió testimonios de cuatro organizaciones de base de Asia, África y Latinoamérica que demuestran cómo poner en práctica los principios agroecológicos construye economías más justas en todo el mundo.



1. Kenia: Cooperativas que fortalecen la comunidad


La Liga Campesina de Kenia (KPL) nació como respuesta a la pandemia, reuniendo a pequeños productores en cooperativas. Su directora financiera, Catherine Banda, detalló sus áreas de trabajo:

  1. Preservación de semillas y alimentos indígenas.
  2. Producción de insumos agrícolas orgánicos.
  3. Fortalecimiento del acceso a mercados locales.

Para lograrlo, analizan datos de oferta y demanda y promueven mercados comunitarios semanales. Su plan de expansión incluye supermercados y tiendas en línea.

Su sistema de trabajo solidario innovador ha creado 258 puestos de trabajo: los miembros ganan "puntos" por su trabajo en tareas agrícolas o logísticas, que luego canjean por alimentos, fomentando la inclusión y la reciprocidad.


2. Bangladesh: Pesca comunitaria contra el cambio climático


En las llanuras aluviales de Bangladesh, la organización SHISUK impulsa un modelo donde las comunidades manejan de forma colectiva los recursos pesqueros durante la temporada de monzones. Tras la cosecha, las tierras son devueltas a los agricultores individuales.

Los beneficios de este sistema son múltiples:

  • Alta productividad piscícola (de 100 kg a 4 toneladas por hectárea).
  • El suelo se enriquece con desechos de peces, reduciendo la necesidad de agroquímicos.
  • Mejora la recarga de acuíferos y la adaptación climática.

El gran desafío es la falta de un marco legal que apoye estas empresas colectivas, lo que dificulta su crecimiento y acceso a financiación. Su próximo objetivo es expandirse a la apicultura y crear un centro de capacitación.



3. Indonesia: Mujeres pescadoras defendiendo sus derechos

La coalición KIARA en Indonesia agrupa a cooperativas de mujeres pescadoras, quienes aportan hasta el 48% de los ingresos familiares. Frente a políticas estatales que solo reconocen a los hombres en el sector, KIARA les ha permitido:

  • Manejar autónomamente los recursos marinos.
  • Reducir su dependencia de intermediarios.
  • Crear nuevas fuentes de ingresos y luchar contra la violencia económica.

Además, su economía local está ligada a la restauración ecológica: organizan limpiezas de playas y reforestan manglares. Innovan transformando pescado de bajo valor en productos como galletas, lo que aumenta sus ingresos y su autoestima. Aunque enfrentan amenazas como el acaparamiento de tierras, persisten en su cooperación como una forma de acción política.


4. Ecuador: "La Chala", un espacio de soberanía alimentaria

Geovanna Lasso, Carlos Rodríguez e Isabel Armijos, del Colectivo Ecológico "La Chala", de Ecuador, explicaron que han creado un espacio que va más allá del intercambio de mercancías. Es un punto de comercialización justa y directa para productores del Chocó Andino que:

  • Busca conectar al consumidor con el origen de sus alimentos.
  • Capacita a las familias en comunicación para mostrar sus prácticas.
  • Fomenta el diálogo y el respeto por la cultura campesina.

Con planes de expandirse a Quito, este proyecto es posible gracias al trabajo en red con asociaciones de jóvenes y productores de cacao.

La conclusión: un círculo virtuoso que necesita apoyo

Todas estas experiencias demuestran un mismo principio: la agroecología y la economía solidaria se refuerzan mutuamente. Son dos caras de una misma moneda para construir un futuro más justo y sostenible.

El camino por recorrer es claro: se necesita una inversión sostenida y apoyo político bajo condiciones justas. Afortunadamente, una comunidad creciente de donantes e inversores, incluido el Fondo de Agroecología, está apoyando estas iniciativas que, desde lo local, están sentando las bases para una economía radicalmente diferente.

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Lucy Calderón es una periodista científica y ambiental radicada en Guatemala, fundadora de EcocienciaGT y ex becaria del ICFJ.

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