Innovación impulsada por las necesidades: perspectivas desde la socio-bioeconomía amazónica

Foto: ©FAO/Pilar Valbuena


26 de junio de 2025, Por Carlos Nobre y Diego Oliveira Brandao/FAO


Ante los desafíos interconectados del hambre, la crisis climática, la deforestación y degradación de los biomas amazónicos y la pérdida de biodiversidad, repensar los sistemas agroalimentarios se ha convertido en una urgencia global. Los modelos basados ​​únicamente en la maximización de la productividad agrícola y la lógica extractivista no han logrado generar prosperidad inclusiva ni sostenibilidad.
 

La historia de la Amazonía brasileña muestra que los modelos agroalimentarios que ignoran las especificidades locales no promueven el desarrollo sostenible. Por ejemplo, entre 1988 y 2023, el área plantada con soja en la Amazonía brasileña saltó de 615.000 hectáreas a 11 millones de hectáreas, un crecimiento de aproximadamente el 1700%. El ganado aumentó de 16 millones a 87 millones de cabezas (crecimiento del 444%). Este avance agrícola estuvo acompañado de una deforestación acumulada de 490.000 km², un área más grande que los territorios de Italia y Portugal juntos. Sin embargo, la región continúa concentrando a la mayor parte de la población pobre del país: mientras que el promedio nacional de pobreza es del 27%, en la Amazonía esta tasa supera el 35%.


Recientemente ha emergido en la Amazonía un enfoque de socio-bioeconomía, cuya experiencia en crecimiento ha producido bosques y ríos sanos, prioriza el bienestar de las personas y la conservación del medio ambiente (Garrett; Ferreira, et al. 2023). Entre los pueblos indígenas, los valores éticos y normativos que sustentan la socio-bioeconomía se reflejan en el concepto del Buen Vivir, que enfatiza la estrecha relación entre la naturaleza y las personas en los ecosistemas locales. Este concepto ofrece otras ideas y ejemplos sobre cómo integrar la ciencia, la tecnología, la innovación y el conocimiento de los pueblos indígenas y las comunidades locales para abordar las necesidades reales de las poblaciones locales (Baniwa et al., 2023; COICA, 2025). También busca generar valor económico basado en la biodiversidad de los sistemas agroforestales, manteniendo el bosque en pie y aprovechando cientos de productos de su riquísima biodiversidad.
La transición a una socio-bioeconomía basada en sistemas agroforestales requiere un enfoque centrado en las personas, capaz tanto de generar ingresos como de conservar el medio ambiente. Esto implica romper con la lógica de la mercantilización y priorizar sistemas de producción biodiversos que aporten valor a la economía local.


Superando las barreras estructurales

A pesar de su inmenso potencial, la Amazonía enfrenta importantes barreras estructurales para el desarrollo de una nueva economía basada en la biodiversidad tropical. La más urgente es eliminar la deforestación, los incendios y la degradación forestal. Este es un requisito esencial, ya que la conservación de los bosques remanentes es fundamental para garantizar los servicios ecosistémicos y la biodiversidad de los que dependen la población local y la socio-bioeconomía. Sin embargo, garantizar una distribución justa de los beneficios requiere no sólo la conservación forestal, sino también la superación de otras barreras estructurales. Esta transformación también requiere la promoción de prácticas agrícolas y ganaderas regenerativas y, simultáneamente, la asignación del 30% al 50% de las áreas ya deforestadas a la restauración forestal con especies nativas.

Otra barrera es el predominio de modelos económicos basados ​​en la extracción y venta de materias primas de bajo valor añadido, como semillas, frutas, aceites vegetales y mantequillas, sumado a la falta de capacidad local de procesamiento. El problema no radica en las materias primas en sí, sino en la ausencia de infraestructura y actividades que agreguen valor, capaces de transformar estos recursos naturales en productos agroalimentarios más sofisticados. Este modelo no ha logrado generar un desarrollo local sólido y ha hecho que los agricultores y las comunidades locales sean más vulnerables a las fluctuaciones del mercado y a los impactos de la deforestación y el cambio climático. Como resultado, existe un enorme déficit de infraestructura tecnológica que debe abordarse. Alrededor del 90% de los municipios amazónicos de Brasil carecen de la infraestructura para procesar sus recursos naturales en productos de mayor valor.

También existe una barrera estructural vinculada a la presencia de delitos ambientales en la Amazonía. Por ejemplo, la práctica delictiva de usar el fuego para la ocupación ilegal de tierras —como se evidenció en los episodios conocidos como el "Día del Fuego" en 2019 y 2022— representa una amenaza creciente. Se observaron alrededor de 3 millones de incendios en la Amazonía brasileña entre 1999 y 2024, lo que indica que, sin el control del crimen organizado, la degradación podría intensificarse aún más en las próximas décadas (Brandão et al., 2024). Superar estas barreras requiere políticas públicas sólidas, inversiones masivas en ciencia, tecnología e innovación, así como el fortalecimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas y las comunidades locales, especialmente de las mujeres y los jóvenes.

Históricamente, las voces de los pueblos indígenas y las comunidades locales han sido marginadas en Brasil. Si bien la creación del Ministerio de Pueblos Indígenas en 2023 representa un avance, sus demandas específicas, como el acceso a tecnologías para valorizar los productos derivados de la biodiversidad, siguen en gran medida insatisfechas. La falta de un movimiento organizado no implica una ausencia de necesidades: a través de entrevistas, las comunidades han reportado que, ante la falta de tecnologías apropiadas, se ven obligadas a participar en intercambios injustos, vendiendo productos de la biodiversidad a precios mínimos y comprando bienes básicos a precios inflados (Leite, 2019). Estas experiencias vividas resaltan la importancia de desarrollar soluciones conjuntamente con grupos subrepresentados, mediante procesos participativos que identifiquen y respondan a sus necesidades, garantizando una participación activa y ayudando a desmantelar las estructuras desiguales que han persistido en la Amazonía durante siglos.
 

La experiencia emergente basada en la biodiversidad amazónica

Lo que hace única a la Amazonía reside en su vasta biodiversidad y en el conocimiento ancestral de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Para aprovechar este potencial, es fundamental adoptar un enfoque diverso. Aquí se destacan cuatro categorías principales de procesos y productos: materias primas, biotecnología, gastronomía y biomimetismo.

Buenos ejemplos son empresas como la Cooperativa Agrícola Mixta de Tomé-Açu (CAMTA) y RECA (Rondônia), que demuestran que es posible generar valor a partir de la biodiversidad, produciendo pulpas de frutas, aceites vegetales, palmitos, chocolates y muchos otros productos a partir de materias primas regionales. Sin embargo, operan mayoritariamente con baja intensidad tecnológica. Alimentos con alta concentración de proteínas, como las nueces de Brasil (Bertholletia excelsa), con un 20% de contenido proteico, equivalente al de la carne y cuatro veces superior al de la leche, aún son poco utilizados. Esta proteína puede abastecer tanto al mercado vegano como al de suplementos deportivos y podría ser significativamente más valiosa que la venta de nueces de Brasil crudas.

La biotecnología representa una frontera con un enorme potencial. Por ejemplo, la biodiversidad del suelo amazónico alberga diversas comunidades microbiológicas cruciales para el ciclo de nutrientes y la productividad de los ecosistemas. Por lo tanto, unos suelos forestales sanos pueden ser la base para el desarrollo de bioinsumos, biofertilizantes y bioestimulantes. Esto puede utilizarse para generar soluciones que mejoren la calidad del suelo en sistemas agrícolas y forestales, contribuyendo a la vez a proyectos de restauración forestal.

La gastronomía amazónica fue desarrollada por pueblos indígenas que domesticaron cientos de especies nativas, como el açaí (Euterpe spp.), el guaraná (Paullinia cupana), el pejerrey (Bactris gasipaes) y el puxuri (Licaria puchury-major). Estas especies, base alimentaria de muchas comunidades, se consumen actualmente en todo el mundo. En total, las comunidades indígenas informaron a científicos y naturalistas sobre el uso de unas 2300 especies, con gran potencial para generar beneficios para la industria alimentaria (Barata, 2012). Este patrimonio gastronómico puede enriquecerse mediante cursos de educación superior en la Amazonía y mecanismos de distribución justa de beneficios que reconozcan y valoren el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas, recompensándolos directamente por su legado y ofreciendo a la sociedad global sabores nuevos y únicos.

Finalmente, la biomímesis amazónica —el uso de innovaciones inspiradas en la naturaleza, extraídas específicamente de la vasta biodiversidad de la región— emerge como una poderosa fuente de tecnologías sostenibles de alto impacto. Al observar los procesos biológicos, físicos y químicos de las decenas de miles de especies de la región, es posible desarrollar soluciones tecnológicas para la industria alimentaria. Esto incluye fermentaciones, sabores naturales, espesantes, estabilizantes, conservantes naturales y envases inspirados en frutas y semillas. Invertir en centros de investigación dedicados a la biomímesis, capacitar a expertos locales y transformar este conocimiento en productos y procesos puede posicionar a la Amazonía como un centro global para la innovación agroalimentaria basada en la naturaleza.

Acelerar la implementación de esta sociobioeconomía y la restauración forestal es esencial para reducir el gran riesgo de que más del 50% de la Amazonía pase el punto de inflexión, lo que la transformaría en ecosistemas de dosel abierto altamente degradados, liberando más de 200 mil millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera y conduciendo a la extinción masiva de especies (Nobre et al., 2016).

Referencias

BARATA, L. E. S. A economia verde: Amazônia. Ciência e Cultura, v.64, n.3, p.31–35, 2012.

BANIWA, A.; PAITER-SURUÍ, G.; MUNDURUKU, B.; CALAPUCHA, N. Somos Amazônia: saberes, desafios e visão de futuro dos povos da floresta. February 9, 2023. Availability in: https://abori.com.br/artigos/somos-amazonia-saberes-desafios-e-visao-de-futuro-dos-povos-da-floresta/ Access: June 12, 2025.

BRANDÃO, D. O.; ARIEIRA, J.; NOBRE, C. A. Impactos das mudanças climáticas na sociobioeconomia da Amazônia. Estudos Avançados, v. 38, n. 112, p. 249–270, 2024.

COORDINADORA DE LAS ORGANIZACIONES INDÍGENAS DE LA CUENCA AMAZÔNICA - COICA. La COICA presente con la Iniciativa “Amazonía por la Vida: protejamos 80% al 2025” en el Gran Encuentro de la Solidaridad Internacional en Quebec, Canadá organizado por la AQOCI. June 5, 2025. Availability in: https://coicamazonia.org/la-coica-presente-con-la-iniciativa-amazonia-por-la-vida-protejamos-80-al-2025-en-el-gran-encuentro-de-la-solidaridad-internacional-en-quebec-canada-organizado-por-la-aqoci/. Access: June 12, 2025.

GARRETT, R. et al. Policy brief: Supporting socio-bioeconomies of healthy standing forests and flowing rivers in the Amazon. New York: Science Panel for the Amazon, 2023.

LEITE, D.C. Relações de trabalho e exploração capitalista na Amazônia. Revista Agricultura Familiar. v.13, n.1, 2019, Pages 83-102.

NOBRE, C. A. et al. Land-use and climate change risks in the Amazon and the need of a novel sustainable development paradigm. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, v.113, n.39, p.10759–10768, 2016.
 

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