Una transición agroecológica a escala europea es factible y deseable: Institut du développement durable et des relations internationales
En septiembre de 2018, el Institut du développement durable et des relations internationales con sede en Francia, construyó un modelo del sistema agroalimentario europeo, para luego mover los parámetros del modelo para simular una transición hacia la agroecología.
En su informe: "An Agroecological Europe in 2050: Multifunctional Agriculture for Healthy Eating". Muestran que una transición agroecológica a escala europea es factible y
deseable, ya que equilibra la seguridad alimentaria, la conservación
del medio ambiente y las mejoras en la salud pública. Pero para
lograr esta visión se requiere un fuerte apoyo político y un compromiso
social durante la próxima década.
Parámetros del modelo:
Se modelaron los cambios que podrían ocurrir si Europa opta por la agroecología como solución sistémica. Es decir, se plantea seriamente el lograr una alimentación sostenible, la conservación de la biodiversidad y enfrentar el cambio climático. Para hacer eso, considera la eliminación gradual de pesticidas y fertilizantes sintéticos y la
expansión de pastizales naturales e infraestructuras ecológicas (setos,
estanques, etc.).
El
modelo simula cómo una transición agroecológica afectaría a la
producción agrícola, el uso de la tierra y el consumo de alimentos en
Europa.
Lograr esos escenarios llevaría a reducir los rendimientos agrícolas pero generaría mayores beneficios ambientales.
Principales hallazgos del ejercicio:
Una transición agroecológica en Europa produciría:
Dietas más saludables para 530 millones de europeos. Las dietas europeas actuales son desequilibradas y excesivas, especialmente en el consumo de proteínas animales y azúcar. El escenario considarado supone una dieta más saludable con menos productos animales y más frutas y verduras.
Beneficios ambientales y climáticos, incluyendo la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 40% para 2050, una mejora en la biodiversidad y la calidad del suelo al reducir la dependencia de insumos químicos, y se terminaría la dependencia de Europa de las proteínas vegetales importadas, como la soya de América Latina, reduciendo la presión de la deforestación en el extranjero.
Reducción en la producción agrícola: Esto sería el resultado de un cambio en el enfoque de la agricultura, del enfoque actual hacia esquemas intensivos de alto rendimiento a uno que promueva paisajes agrícolas más sostenibles y diversificados. La producción general disminuiría en un 35% en comparación con 2010, pero seguiría siendo suficiente para alimentar a Europa. Se mantendría una capacidad de exportación de cereales, productos lácteos y vino.
Contribución a la seguridad alimentaria mundial. Europa se volvería autosuficiente y reduciría su huella alimentaria mundial al eliminar la dependencia de cultivos forrajeros importados. Reduciría la presión ambiental sobre los países que producen forrajes y materias primas para alimentos de ganado, reduciéndo así las presiones por la deforestación en América del Sur.
Implicaciones políticas y económicas. Lograr esta transición requiere cambios significativos en las políticas, incluidos cambios en la Política Agrícola Común (PAC). Será necesario estudiar más a fondo los impactos económicos en los ingresos de los agricultores y los precios de los alimentos.
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