León Jorge Castaños: El Sector forestal satisface apenas el 25% de las necesidades que tiene México

29 de Jul de 2021. Vanguardia Industrial. Silvia Ortiz/Enviada,  Blanca Soria/Redacción.  (Título original: Industria del mueble: Falta tecnología y capacitación para detonar el sector forestal en México)

El Director General de la CONAFOR, León Jorge Castaños   (Foto: Conafor)

 
El país es 75% deficitario en productos del bosque y aunque hay problemas graves a combatir, este sector tiene una gran área de oportunidad no sólo para progresar en la cadena productiva y atraer Inversión Extranjera Directa, sino también para avanzar en el “Plan Oaxaca” y la “deuda histórica” con las comunidades del sur-sureste, que tienen todo el derecho de crear riqueza para ellos mismos con los recursos naturales de su región. “Si yo produzco los muebles correctos, el mercado es infinito”, aseguró el director general de  Hannover Fairs México, Bernd Rohde, mientras que el titular de Comisión Nacional Forestal, Jorge Castaños, afirmó que hay una “superficie potencial” de dos millones de hectáreas para hacerlas productivas.

Con la caída de los precios de los enervantes, ya no era negocio seguir produciendo para el crimen organizado, por lo que las personas involucradas en ese tipo de actividades encontraron en la madera una posibilidad de tener un ingreso rápido, refiere Jorge Castaños.


GUADALAJARA, Jalisco (29/07/2021).- Al ofrecer un panorama general del estatus en que se encuentra el sector forestal en México, los directores generales de Hannover Fairs México, Bernd Rohde y de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Jorge Castaños, coincidieron en señalar al hablar específicamente de la industria del mueble –aunque sus comentarios no fueron excluyentes de la industria en general—, que lo que se necesita para detonar este segmento y las economías de las regiones que cuentan con zonas forestales es tecnología y capacitación.  

En un evento previo a la feria MEM Industrial-Tecno Mueble Internacional 2021, a realizarse del 18 al 21 de agosto en Expo Guadalajara y cuya empresa organizadora es Hannover Fairs México, Castaños destacó que aunque existen problemas graves a combatir –como incendios provocados, tala ilegal, cacería furtiva, deforestación, delincuencia organizada e inseguridad—, el área de oportunidad en este sector es grande, pues actualmente sólo se alcanza a cubrir en el país el 25% de las necesidades locales correspondientes a este rubro y “la superficie potencial para nuevas plantaciones en México es del orden de un millón, dos millones de hectáreas”, por lo que además, acotó, se puede atraer Inversión Extranjera Directa (IED).

Rohde, por su parte, resaltó el área de oportunidad dentro de la cadena productiva, pues “obviamente la utilidad incrementa significativamente por cada paso que yo doy en la cadena productiva” e identificó otro problema: la falta de infraestructura. Sin embargo, subrayó que al procurar infraestructura, aparte de tecnología y capacitación, se estaría progresando también en el “Plan Oaxaca”, con lo que se avanzaría en la “deuda histórica” que se tiene con las comunidades del sur-sureste, que “tienen todo el derecho” de “crear riqueza para ellos mismos” con los recursos naturales de su región, pues “si yo produzco los muebles correctos, el mercado es infinito”, aseguró.

La expo MEM Industrial-Tecno Mueble Internacional 2021–que a partir de este año, ambas ferias se fusionan para convertirse así en un evento líder en México y América Latina para toda la industria de la transformación de la madera y el mueble—, es “uno de los pocos eventos a nivel  global tan horizontales, donde incluimos toda la cadena productiva, desde el árbol hasta el mueble terminado”, detalló Bernd Rohde.

Con esta visión integral de la industria mueblera refirió que “empezamos con la  colaboración con Conafor ya hace algunos años, que de hecho desde 2016 hemos estado tocando puertas con la Comisión Nacional Forestal (Conafor). El año antepasado tuvimos la primer cooperación formal (de Conafor) en (la expo) MEM (Industrial)”.

Especificó que “desde nuestra perspectiva como organizador de ferias y exposiciones, queremos contribuir a lo que la Conafor está haciendo, (…) lo que queremos  nosotros es precisamente facilitar ese intercambio de tecnología traer más tecnología, más conocimiento” para desarrollar la industria forestal, pues “es uno de los  grandes segmentos en México con un potencial muy, muy grande, (tanto) para el mercado nacional como para el mercado internacional”.

Para Bernd Rohde, México tiene una ventaja competitiva inherente a su riqueza natural: “Cuando hablo con industriales en Alemania o en Japón, una de las cosas que les falta es eso (territorio forestal), quisieran ellos tener lo que tenemos aquí. Les sobra la tecnología, pero les falta algo que es lo más crucial”: la materia prima.

Al respecto, el titular de Conafor, Jorge Castaños, afirmó que ante el hecho de que en México tenemos una cultura agrícola y ganadera, “tenemos que luchar por construir una cultura forestal de aprovechamiento”, pues “tenemos una enorme diversidad de tipos de vegetación”, ya que del total del territorio mexicano que son “200 millones de hectáreas, como 130 millones está cubierto con distintos tipos de vegetación”, entre los que se cuentan zonas áridas y semiáridas, bosques, selvas tropicales, cálidas y secas, y manglares.

Después de señalar que “tenemos como 20 millones de héctareas” como “áreas naturales protegidas”, el funcionario especificó que “también tenemos seis millones de hectáreas bajo (…) manejo forestal comunitario”, que en este esquema “aspiramos, en 2024, a sumar dos millones más de hectáreas: llegar a ocho”.


El manejo forestal comunitario, “distingue a México del resto del mundo”

Sobre este esquema de “manejo forestal comunitario”, Castaños explicó: “México tuvo su reparto agrario en 1920-1940, a diferencia de otros países que ahorita están luchando por tener ese reparto y esa propiedad definida. México se adelantó afortunadamente, pero también en 1980 se le agregó otro derecho: que los ejidos y las comunidades fueran los únicos que tuvieran la  posibilidad de aprovechar y tener en sus manos la administración de sus bosques y puedan  comercializarlos, aprovecharlos, manejarlos.  Y tenemos dos millones de hectáreas  en lo que llamamos nosotros pago de servicios ambientales. En todos estos tres esquemas, nosotros estamos  muy identificados y es nuestra responsabilidad, en lo que es el manejo forestal comunitario”.

Refirió que “México decidió  el siglo pasado, en los (años) 80, hacer un cambio  de su política: antes había concesiones de largo plazo en empresas estatales, empresas privadas, y en estos años de los 80 se definió que fueran los campesinos, los dueños de los bosques, quienes tuvieran en sus manos el aprovechamiento y los permisos que diera el gobierno. Entonces, a partir de ahí, yo creo que eso distingue a México del resto del mundo, este manejo forestal comunitario”.

Castaños indicó que al ser un país deficitario en productos del bosque, pues “tenemos cuatro o seis  millones de hectáreas con los cuales satisfacemos apenas  el 25% de las necesidades que tiene México, (…) se nos presentan muchas áreas de oportunidad de aumentar la superficie bajo  manejo, de aumentar en el trópico, sobre todo en el sureste, donde hay mejores condiciones, lo que son las plantaciones forestales comerciales”.

Ilustró, entonces, que “1990 fue un año de cambio” en el que  hubo enfrentamiento con ambientalistas ante un debate sobre la posibilidad de otorgar subsidio –apoyo económico— a las plantaciones forestales comerciales, bajo el argumento ambientalista de que “las plantaciones monoespecíficas o de una sola especie no son buenas por ser producto de desmontes (extraer plantas y árboles de un monte), de extraer la selva original para plantar”.

El experto en temas forestales  comentó que “se pensaba que el ritmo de plantaciones en México a partir del (año) 90 iba a ser muy  fuerte, pero se han acumulado solamente 180,000 hectáreas que son las que tenemos de plantaciones comerciales”, con las especies que crecen más rápido, no necesariamente las nativas, sino introducidas, como el eucalipto, la teca, la melina y la acacia, por mencionar algunas.

Las plantaciones de estas 180,000 hectáreas, atajó, “han sido, no producto de desmonte, sino de plantar y usar estos potreros”, en el trópico de México –“llámese Tabasco, Chiapas, el sur de Veracruz”—, “producto de estas políticas del siglo pasado”, con las que “se cambió, incluso, el uso de suelo de las selvas, que no tenían ningún valor para el gobierno en aquellos años” de 1990. No obstante, subrayó el gran potencial de la economía forestal nacional: “la superficie potencial para nuevas plantaciones en México es del orden de un millón, dos millones de hectáreas”.

Una plantación requiere de un proyecto industrial

A pesar de esta amplia área de oportunidad, el funcionario federal planteó la necesidad de que la creación de plantaciones se acompañen de un proyecto industrial.

“Hay ahí una gran posibilidad, pero las plantaciones necesitan inversión y no solamente basta plantar, sino  que esa plantación tiene que estar acompañada con una industria donde vas a colocar producto porque hay muchos ejemplos en donde se plantó y la gente después de diez años no sabía, no había mercado: ‘¿dónde lo vendo?’ ¿no? Entonces tienes que vincular un proyecto industrial con una plantación”.

Al tocar el tema del proyecto industrial,  compartió: “Mi sueño personal y el sueño de mucha gente es que México pueda tener una planta de celulosa de nivel mundial, de clase mundial y para lograr eso  necesitas por lo menos 100,000 hectáreas, para que esto sea costeable, para que tengas un volumen suficiente para que dé una planta Industrial”.

Surgió, entonces, un aspecto directamente relacionado, que es la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED), rubro en el que, comentó, hay empresas privadas que están abriendo camino.

Existen “empresas privadas de primer mundo, en Tabasco, en Chiapas, de primer mundo, produciendo tableros. Entonces, estas empresas pioneras, yo creo que están abriendo el espacio para que, a futuro, se puedan dar las condiciones de  inversiones”.

No obstante, reconoció que aunque la propiedad de la tierra es social y es un beneficio para la población en el que “México se adelantó”, este hecho constituye un obstáculo para atraer la IED.

"Una limitante, para los inversionistas es el que no son propietarios de la tierra. La propiedad es social, llámese de particulares o llámese de ejidatarios. Y esto ha sido para muchos inversionistas un freno. Si tú vas a Chile, por ejemplo, que se ha distinguido que tiene dos millones de hectáreas de plantaciones hay una empresa (…) que tiene 750,000 hectáreas de su propiedad, es fácil, puedes ser propietario. Brasil es lo mismo,"

A diferencia de estos países, “aquí tenemos que encontrar mecanismos de asociación entre la inversión privada con los campesinos,  ejidatarios, pero ahí está el gran potencial de México. Necesitamos crear facilidades, condiciones para que las inversiones puedan llegar”.

Después de plantear este panorama, Jorge Castaños enfatizó que “el futuro para cortar madera para la industria del mueble tiene que ser de dos frentes: del bosque natural, pero (también) de las áreas de mayor productividad, (como las plantaciones forestales comerciales). Ahí tenemos que concentrar el esfuerzo para poder tener una producción, una productividad alta y también un componente, va a ser (las) plantaciones forestales comerciales”.

“En India las vacas son sagradas”, en México “los árboles no deben tocarse”

Otro aspecto a destacar en esta industria es que en México “traemos una cultura (forestal) conservadora que se refleja en muchos requisitos que ponen. Somos una actividad  muy regulada”.

Para dar una idea de la magnitud del tema en el país, hizo esta comparación: así “como en la India las vacas son sagradas, aquí mucha gente cree que los árboles no deben tocarse”, dijo al referirse a la oposición generalizada a cortar un árbol, a pesar de que en muchos casos el árbol “no tiene futuro” porque tiene plaga y se trate de un árbol enfermo.

“Si platicamos con la mayoría de la gente, aquí no hay diferencia entre un talador ilegal con alguien que tiene un permiso y que aprovecha y tala sus bosques (…) y para la sociedad todavía no se ha podido ‘vender” esa idea.

Tras este señalamiento, volvió a dimensionar el tema forestal en el país: “Si usted quiere sembrar maíz, no necesita tener permiso; si usted quiere tener el aprovechamiento del bosque, necesita un permiso de las autoridades. Si usted quiere transportar la madera de su  bosque a la industria, necesita tener una remisión y un documento forestal”.

Y aunque no tomó en cuenta que habló de países de primer mundo donde la población tiene mayor nivel de educación y culturas fuertemente marcadas por los valores, el titular de la Conafor se refirió a los permisos que se requieren en México para el aprovechamiento forestal, en comparación con la situación en otras naciones: “Uno va a  Alemania y uno va a Austria y estas cosas no existen, porque está basado en la confianza hacia la gente y nosotros tenemos una gran desconfianza porque creemos que nos van a usar, entonces tenemos que romper estos mitos, que son muy conservadores”.

“Otros problemas que son muy graves”

A pesar de hablar de los sistemas basados en la confianza hacia la gente, que rigen en países de primer mundo, y mencionarlos como modelos a seguir, Jorge Castaños reconoció que “el reto que tiene México de su déficit comercial, también se combina con otros problemas que son muy graves”, entre los cuales identificó los incendios provocados, la tala ilegal, la cacería furtiva, la deforestación, la delincuencia organizada y la inseguridad.

“En materia de incendios, (…) nosotros identificamos las causas de cambios de uso  del suelo, causas de razones agropecuarias, el campesino tiene el fuego como un instrumento permanente para hacer limpias de sus bosques, limpias de sus campos. También están apareciendo en los últimos años, producto de la presencia del crimen organizado en muchas partes del país, actividades ilícitas, incendios  provocados para hacer tala ilegal, para aprovechar los bosques etcétera, (…) una causa importante es la cacería furtiva. En Tabasco, en Yucatán, en Quintana Roo, mucha gente usa el fuego para espantar a ciertos animales y poder cazarlos, entonces, incendios es un problema muy serio en México”.

Aunque reconoció que “no hemos mejorado mucho en la parte preventiva”, destacó que sí “hemos mejorado mucho en el combate de incendios” por lo que “aunque ya se preveía que 2021 iba a ser muy difícil” en materia de incendios por cuestiones climáticas, debido a las cuales “desde octubre del año pasado ya estaba muy seco”, resaltó que “este año (…) tuvimos alrededor de 600,000 hectáreas afectadas”, que en comparación con años parecidos en fenómenos climáticos cíclicos, “estamos muy debajo de lo que se tuvo en esos años”.

Esta baja afectación se logró, dijo, “gracias a la suma de esfuerzos: cuando se combate un incendio no solamente está la presencia de los  brigadistas de la Conafor, sino que en este esfuerzo  conjunto se suman las brigadas rurales, las brigadas de los municipios, las brigadas de los estados, la presencia de Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional), la presencia de la  Guardia Nacional, de Protección Civil y esta sumatoria de esfuerzos, de recursos, hace que las cosas en el combate  sean más fáciles”.

Al abordar el tema de la deforestación, Castaños informó que de acuerdo con la Conafor el “tamaño del problema” es de “alrededor de  200,000 hectáreas anuales que se deforestan”.

Las causas, explicó, han sido  el cambio de terrenos forestales a ganadería: “Casi tres cuartas partes de lo que ocurre en deforestación se debe a esa causa. Tenemos una cultura en México agrícola y ganadera. En el sureste por ejemplo en el siglo  pasado hubo una colonización de muchas partes del país, gente que se movió de Veracruz, de otros estados, de Michoacán a Quintana Roo, a Chiapas y traían una cultura ganadera y esa cultura ganadera todavía persiste en México  de tal manera que tenemos que luchar por construir una cultura forestal de aprovechamiento y a veces estas situaciones no se compatibilizan”.

Tala ilegal, mencionó, es otro problema muy serio, en el que la Profepa identificó que “hay como 100 casos difíciles” y “si bien no le corresponde” a Conafor, “nos han visitado campesinos de distintas partes y hemos escuchado el clamor de mucha gente en el país sobre este tema, pues  “con la caída de los precios de los enervantes,  ya no era negocio  seguir produciendo para el crimen organizado”, situación que derivó en que las personas involucradas en ese tipo de actividades “encontraron en la madera una posibilidad de tener un ingreso rápido”.

Y enumeró “el caso de  Chihuahua, en la tarahumara, que es muy marcado  con el cartel de Sinaloa y el caso de Jalisco, en Tapalpa, el caso del cartel de Nueva Generación. Ahí la tala ilegal es muy  intensa, entonces, el problema nos queda grande”, reconoció.

Jorge Castaños explicó que la Conafor describió y caracterizó seis casos de este problema –entre ellos los estados de Chihuahua, Jalisco, Estado de México y Chiapas— “y con esos seis nos acercamos a la secretaria del Medio Ambiente (María Luisa Albores González​), que (…) es una persona muy activa que escucha y que está cerca del presidente”, Andrés Manuel López Obrador.

Tras comentar que también en Calakmul, en Campeche, ocurrió “un caso de tala ilegal con madera que estaba saliendo para China, madera granadillo, entre otras”,  platicó que este caso “llamó la atención, ahí, del presidente y el presidente le pidió a la secretaria que contactara a seguridad,  la Secretaría de Seguridad y Protección Civil”.

Castaños, quien dijo no poder proporcionar más información, por tratarse de “algo confidencial”, aseguró que el asunto despertó “una inquietud institucional” sobre la tala. Así “identificando estos lugares, saltó el problema más allá de los límites de lo ambiental y ahora hay una mesa de trabajo en donde están presentes muchas instancias, que yo jamás pensé  que pudieran estar participando, llámese Sedena, llámese inteligencia financiera, la procuraduría y creo que, en la forma como están trabajando, tengo la esperanza de que pueda resultar en este sexenio algo relacionado con esto, el crimen organizado”.

Esto, exaltó, es un ejemplo de que “tenemos que trabajar fuera de nuestros ámbitos, salir de la Conafor hacia lo ambiental, de lo ambiental, trabajar con agricultura, trabajar con otras instituciones y solamente así podemos enfrentar, creo, muchos problemas del país. Hemos estado muy metidos en nuestras instituciones, muy solitos y no, no resolvemos muchas cosas”.

En este tema de la tala ilegal, resaltó el caso de la comunidad de San Juan Atzingo, en el municipio de Ocuilan, en el Estado de México, donde  se cometió asesinato contra ambientalistas locales.

“En San Juan Atzingo,  en una comunidad Tlahuica, en donde padre e hijo, involucrados en este problema de la tala ilegal, se enfrentaron y fueron  eliminados, eso lo tengo muy clarito. Y este problema en San Juan Atzingo ha continuado y justamente nosotros hemos estado muy en contacto con esta  comunidad donde hay una tala hecha por gente de la propia comunidad.

"Y tuvimos la oportunidad de que la secretaria de Medio Ambiente hiciera una visita y si usted hiciera la vista y (… se diera cuenta de) la forma (en) cómo los taladores actúan, le daría mucho coraje. Y ver cómo un grupo de la comunidad, después de la tala –imagínese varios cerros con una ladera muy inclinada, tala completa, pero con un gran desperdicio, ¿verdad? No se  llevan todo, se llevan la mejor parte— viene atrás la comunidad, que quiere hacer algo, cosas positivas y empieza a hacer cordones con ese material, a plantar donde antes había árboles, y después de esos eventos, vienen los taladores y ¡les queman lo que han hecho¡ ¡es una desgracia! A ese grado llega la situación y gracias a este grupo que hago mención, en la mira prioritaria, está esa zona,"

Asimismo, compartió el caso del ejido Peñuelas Pueblo Nuevo, en Chignahuapan, Puebla, donde entró el crimen organizado y destruyó el nivel industrial que se había logrado.

“La semana pasada estuvimos en Puebla y  tres años atrás yo tenía en mi lista de los mejores productores campesinos a un ejido que se llama Peñuelas Pueblo Nuevo. En el municipio de Chignahuapan, para mí era mi preferencia en términos de industria, en términos de que tenían un buen manejo del bosque, en términos de que tenían un programa de mejora genética, tenían muy buenos caminos y tenían extensionistas y me encuentro un año y medio después de la visita, con una sorpresa: que ese nivel que yo había encontrado, ¡pum! Se había derrumbado en un año y medio. Y ¿qué pasó? Que secuestraron a los dos hijos del presidente y comisariado. ¿Qué pasó? Que se metió el crimen organizado. ¿Qué pasó?, etcétera, etcétera, etcétera y se derrumbó eso."

“Entonces (la semana pasada), llegamos y platicamos con ellos y les propusimos la posibilidad de tener, si lo permiten ellos, un acercamiento con gente de la Conafor,  especialista en industria, especialista en manejo, en caminos, en gobernanza, y ver la posibilidad de trabajar con ellos para reconstruir lo que ya habían hecho. Tienen una industria de primer mundo (… en) la fabricación de tarimas, Chignahuapan es el centro de la producción de tarimas en México, pero casi todo lo hacen manual. Clavado manual, y esta empresa tiene una fabricación de tarimas, mecanizado. Una sola persona, en fin”.

Con este caso, el funcionario federal ilustró el hecho de que los productores forestales que están clasificados en cinco niveles, siendo el quinto rango el de mayor desarrollo, “pese a que llegan al cuarto, quinto nivel, no es fácil sostenerse y necesitamos también un acompañamiento que exige ya una asistencia técnica de otro nivel, que a veces las instituciones no tenemos, que hay que contratar”.

En este punto específico, hizo énfasis en que algunos productores forestales no aspiran a llegar a los más altos niveles de desarrollo: “El camino de muchos, la tipología, no necesariamente es subir y ascender a (nivel) 4-5, sino  diversificarse y en una experiencia la semana pasada en Puebla en un ejido que se llama Santiago Acoatzingo, me encontré con una gratísima sorpresa, en donde esta comunidad tiene un volumen interesante. Acaba de adquirir un aserradero moderno, muy moderno, pero además acaba de terminar un proyecto de bonos de carbono que les da un ingreso adicional y tienen con la empresa privada de Santamaría, (…) embotelladora de agua, un proyecto de fondos concurrentes, de pago de servicios ambientales. De tal manera que si (…) suma la industria más  bonos de carbono, más el pago de servicios ambientales, más agricultura, los ingresos son importantes”.

Sobre la clasificación de los productores por nivel de desarrollo, el director general de la Conafor explicó que “de esos 6 millones de hectáreas que están bajo manejo forestal comunitario, nosotros tenemos clasificado la tipología de los campesinos, hay una tipología uno, que son los que tienen bosques, pero que no tienen permisos y no pueden entrar al aprovechamiento, ya sea porque no hay accesos, no hay caminos, no ha habido acompañamiento, no ha habido apoyos.

“Viene la tipología dos: los campesinos que tienen bosque, que tienen un permiso y que venden su madera en pie, que no le dan valor agregado.  Viene la tres, donde ya venden su madera no solamente en pie,  sino lo venden en brecha o en los aserraderos, y así llegamos hasta la tipología cinco que es nuestra aspiración  en muchos sentidos y que es el grupo que va a asistir básicamente a esta expo forestal" MEM Industrial-Tecno Mueble Internacional 2021.

Los productores nivel cinco son “aquellos que ya pasaron por un aserradero,  por darle valor agregado porque tienen una  molduradora, porque han agregado una secadora,  porque tienen un certificado de manejo forestal ya sea nacional o internacional”.

Así, dijo “nuestra meta es llegar a dos millones de metros cúbicos más, pasar a los (productores) que están en la categoría tres, un 30%, a que estén en (nivel) 4 y 5”, pero puntualizó que para ello “necesitamos  trabajar en cosas de tecnología, en cosas empresariales, que son guías para la industria del mueble, muy elementales”, en las que la autoridad agraria, consideró, “no sea la que se dedique a la parte productiva, sino que haya (…) una gerencia  contratada, con una persona especializada, (modelo) que (…) se está dando  en varios casos y que con base en los resultados se designa la continuidad de esta persona”.

Ese grupo de nivel cuatro y cinco, indicó, es justamente el que se ha seleccionado para participar en la expo, por su nivel de tecnología, y “en la parte de sustentabilidad, social, económica, yo creo que los campesinos tienen mucho que ofrecer y  mucho que exhibir y estar orgullosos”.

“El Salto, Durango, un caso extraordinario”

De igual forma, explicó que la gobernanza de un ejido, de por ejemplo, 100 campesinos con derechos, se realiza a través de una asamblea que es la máxima autoridad y la que decide, equivalente a una asamblea de socios de una empresa privada “y luego tienen un grupo directivo, entonces la gobernanza está definida por esta asamblea y este grupo definido y determinan qué hacer con sus recursos y dónde aplican sus utilidades y qué beneficios quieren hacer”.

En este sentido, ilustró que México es relativamente joven en el manejo forestal en comparación con países como Austria y Alemania, cuya experiencia en el tema se remonta a 200 o 300 años,  y puntualizó que aunque el país sólo tiene de 20 a 40 años de experiencia en las tipologías de los niveles 4 y 5, “que en términos del recurso, que necesita continuidad de largo plazo, casi no es nada”, hay un caso de éxito nacional.

Se trata, dijo, de “un caso extraordinario en México, en El Salto, Durango, en la parte occidental que tiene una experiencia de 100 (años…). Yo soy de Durango, tenemos un compromiso con estas entidades y casi cada dos meses estamos visitando y me llama mucho la atención El Salto, porque en 100 años de aprovechamiento, ustedes van y el bosque está ahí y el bosque está mejor, y los campesinos están mejor en términos sociales. Entonces yo creo que el manejo forestal comunitario que distingue a México es un sello del país, es un sello que nosotros en mi institución queremos seguir trabajando”.

Castaños, quien destacó “la importancia que tienen los bosques, no solamente como productos de mueble fino, (sino) como reguladores del clima, como portadores de agua, como biodiversidad”, reiteró que “esta participación de los grupos de ejidatarios que van a (estar presentes) en  esta expo es una posibilidad para que ellos puedan madurar, para que puedan  meter ahí sus ‘antenas”.

Y platicó su experiencia con los productores: “yo he visto campesinos brillantes, inteligentes, pero que si no salen de su territorio, difícilmente (se) pueden desarrollar. Y he encontrado campesinos que tienen la capacidad de la gestión y salir de sus límites y empezar a hacer gestiones fuera de su territorio y esos campesinos crecen y maduran. A los que han tenido la oportunidad de ir al extranjero, también se les abre otro panorama, y se le está abriendo el panorama a los campesinos que están participando en esta expo”.

Incrementar la productividad, único camino para crear riqueza

En este sentido, el directivo de Hannover Fairs México, Bernd Rohde, apoyó completamente lo dicho por Jorge Castaños: “es muy cierto, coincido al 100%. Si yo estoy en una pequeña burbuja y toda mi vida estoy ahí, pues no voy a saber cómo hacerlo mejor, y vi como lo hizo mi papá y mi papá lo hace como lo hizo mi abuelo y pues ahí la voy sobreviviendo”.

Luego de puntualizar que el rubro forestal “es un tema no solamente social, político, económico, de sobrevivencia”, ya que “sin los bosques, en los diferentes países, pues realmente nuestro futuro no se ve nada halagador”,  Rohde resaltó que en México han tratado de sacar de la pobreza a los estados de la región sur-sureste del país, durante “al menos 30, 50 años, y cada nueva administración, cada nuevo gobierno estatal, municipal, siempre ha hablado: ‘vamos a hacerlo, tenemos ideas, tenemos planes’, pero la realidad es que no ha  habido muchos cambios”.

Expresó que a pesar de que por sus recursos naturales, los estados de esa región debieran ser los más ricos del país y “los motores (nacionales), como muchos países europeos –que ya tienen 300 años de experiencia en desarrollar su campo, en desarrollar el bosque, en desarrollar la pesca—, no lo hemos logrado”, reconoció.

No obstante, hizo hincapié en que “lo bonito” del “Plan Oaxaca” es que “yo creo que ya hay una certeza muy grande (de) que el único camino para realmente crear riqueza, desarrollar riqueza en estas comunidades es incrementando la productividad. No es una cuestión de planes sociales, no es una cuestión que gobiernos  federales, estatales, (de que) manden dinero. No es una solución  que la gente joven, los talentos, se vayan de Oaxaca a California a pepenar naranjas y luego manden divisa, porque esa divisa sirve para comer, para pagar medicamentos, pero no crean riqueza”.

El titular de Hannover Fairs México aseveró que la creación de riqueza debe ser local. “Tiene que ser en la comunidad y tiene que ser de ellos y para ellos. Y uno de los  proyectos muy fuertes que está desarrollando la Concamin (Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos), en conjunto con un gran número de multiplicadores, instituciones, conafores y demás, es precisamente buscar los instrumentos  para que podamos enseñarle a esa gente y darle a esa gente la posibilidad de que en su comunidad, puedan crear su propia riqueza”.

Con los recursos naturales de México “pudiéramos tener una productividad enorme. El mercado está ahí: Asia, Estados Unidos, todo lo que podamos producir. Hoy hablábamos de muebles: si yo produzco los muebles correctos, el mercado  es infinito, o sea yo tengo para exportar y para vender lo que yo pueda producir, ahí no está el faltante”.

En consecuencia, identificó “claramente” la falta de infraestructura en el segmento forestal. Y se refirió a lo dicho por Jorge Castaño: “lo mencionaba el ingeniero, si yo corto el árbol, pero no tengo la posibilidad de llevar ese árbol al aserradero, pues de poco me sirve. Si yo (…) talé un bosque y ahora tengo un campo y no tengo los tractores, la tecnología” para elevar la productividad,  “porque lo hago de manera manual, artesanal, pues no voy a ser competitivo y a lo mejor sobrevivo”, aunque acotó que en tal caso, no se logrará la creación de riqueza.

E hizo una reflexión: “Es impresionante que importemos madera, que importamos granos, importamos alimentos, importamos pescados y mariscos, teniendo lo que tenemos (en recursos naturales) y lo hacemos porque no tenemos esa  creación de riqueza, no tenemos ese desarrollo y no tenemos esa tecnología en esos sitios”.

Por ello, dijo, la importancia de crear infraestructura, “por ejemplo el proyecto de (tren) transísmico, el proyecto del tren maya, el proyecto de hacer carreteras, electrificaciones, la infraestructura  básica”.

Dentro de esa infraestructura, mencionó también “la parte educativa: escuelas, escuelas técnicas,  universidades y todo lo que  es la capacitación del campo”, pues aunque “no tengo que ir a la universidad para ser exitoso, (…) tengo que saber cómo hacer lo que hago mejor, esa es una parte muy importante”.

Opinó que “lo más importante ahora del plan Oaxaca (…) es precisamente el reconocer que tenemos que  llevar los instrumentos para que esas comunidades creen esa riqueza para ellos mismos. Tienen todo el derecho de hacerlo se lo merecen es una ‘deuda histórica’ que tenemos en este país hacia esas comunidades” y consideró que el actual es un momento en el que “ya se ve ese punto de inflexión: no solamente estamos hablando de hacerlo,  como se hizo hace 20 años, sino que muchos organismos, gobiernos, federal, estatales, ya están reconociendo el camino  adecuado para hacerlo”.

Con base en ese planteamiento, aseguró que “en México, sí, no hay una falta de voluntad, la verdad. La voluntad, en México, la tenemos y la creatividad y el talento”, dijo el organizador de la expo MEM Industrial-Tecno Mueble Internacional 2021, que prevé la presencia de más de 200 marcas y la asistencia de más de 5,000 compradores profesionales.

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